Un andador es un dispositivo de ayuda a la movilidad pensado para personas que necesitan apoyo y estabilidad mientras caminan o que tienen dificultades para mantener el equilibrio, ya sea por debilidad muscular, dolor o inestabilidad.
Es importante tener en cuenta que los caminadores no son adecuados para todas las personas con problemas de movilidad. Si tienes problemas de equilibrio y de coordinación graves o experimenta espasmos incontrolables, probablemente un andador no te proporcione suficiente estabilidad y no sea la mejor opción para ti.
Aquí te presentamos algunas situaciones en las que un caminador puede ser útil:
Después de una lesión o cirugía
Un andador puede ayudarte a recuperar el equilibrio y la confianza al caminar después de una lesión o cirugía. También puede ayudar a aliviar parte del peso de la pierna, cadera o rodilla lesionada o en recuperación.
Cuando se experimenta debilidad o fatiga
Si experimentas debilidad o fatiga en las piernas o tienes problemas para estar de pie durante largos períodos de tiempo, un andador puede brindar soporte y estabilidad para ayudarte a moverte con mayor facilidad.
Cuando se está recuperando de un accidente cerebrovascular
Un andador puede ayudar a las personas con afecciones neurológicas como la enfermedad de Parkinson, la esclerosis múltiple o pacientes que han superado un accidente cerebrovascular a volver a aprender a caminar, recuperar el equilibrio y hacer ejercicio light.
Cuando se sufre de artritis
La artritis puede dificultar el caminar, pero un andador puede brindar el soporte y la estabilidad necesarios para moverse sin dolor ni incomodidad, especialmente si viene equipado con Reposabrazos especialmente diseñados para casos de artritis.
Ten en cuenta que hay varios tipos de andadores disponibles, cada uno diseñado para satisfacer necesidades y situaciones específicas. ¡Descubre nuestras opciones y elige el que más se adapte a tus necesidades y gustos!